Credenciales para un ensañamiento
Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu
Los obcecados intentos de las diferentes administraciones norteamericanas por entorpecer el desarrollo de Cuba en cualquier esfera han traspasado los límites de lo insólito bajo el mandato de W. Bush.
Vista de una de las entradas al Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer.
Así ocurre por ejemplo en el sector de la salud, donde más allá de las medidas adoptadas para impedir que adquiramos equipos de avanzada tecnología, fármacos o medios diagnósticos, el bloqueo impuesto hace casi cinco décadas se manifiesta hoy con particular saña en los innobles propósitos de obstaculizar todo tipo de intercambio científico entre ambos países.
Para el doctor Reinaldo Ríos Caso, vicedirector del Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, tal práctica está bien alejada de los principios éticos y humanos que dicen "defender" las autoridades de la nación norteña.
Personal altamente calificado y equipos de tecnología avanzada garantizan una atención medica de primer nivel.
Durante mucho tiempo, señala, la oftalmología cubana y nuestro centro en particular mantuvieron frecuentes contactos con las principales instituciones de esa especialidad en los Estados Unidos, a través de visitas recíprocas, participación en congresos, cursos de adiestramiento, pasantías, becas, etc.
"Hoy todo ese intercambio académico apenas existe, pues la absurda política de acosar y multar a cuanto ciudadano norteamericano viaje a Cuba sin la licencia correspondiente, ha traído consigo que los oftalmólogos de esa nación hayan dejado de participar en los eventos organizados aquí. Como la presión sobre ellos es tan grande, ya ni siquiera se arriesgan a venir desde un tercer país".
El doctor Reinaldo Ríos, vicedirector del Pando Ferrer, denunció las acciones del bloqueo para impedir el intercambio científico entre colegas cubanos y norteamericanos.
Según cuenta el profesor Ríos, en noviembre del 2006 debió viajar a los Estados Unidos, junto con el doctor Marcelino Río (director del Pando) y la doctora Blanca Elena Herrera, del Hospital Materno Infantil Ramón González Coro, para participar en el Congreso Anual de la Academia Americana de Oftalmología, cita a la cual estaban invitados.
"Presentamos la solicitud de visa en tiempo y forma, pero los días fueron pasando y no teníamos respuesta. Ya muy próximo a la fecha del inicio del evento, a mis compañeros les notificaron que no tenían el visto bueno de Washington, por tanto quedaban excluidos de asistir al encuentro".
En mi caso, apuntó, actuaron de manera más burda aún. No me negaron la visa, pero tampoco me la dieron. Simplemente decían que no había llegado, y solo avisaron que podría hacer el viaje después de terminado el congreso. De veras es una forma muy sutil de impedir la presencia de nuestros médicos y científicos en los eventos de primer nivel que se celebren allá, una suerte de "limbo migratorio", porque cuando me devolvieron el pasaporte no tenía ninguna anotación, era como si nunca hubiera hecho los trámites requeridos en la Oficina de Intereses, indicó.
Al impedírseles asistir al foro, tampoco pueden representar a la Sociedad Cubana de Oftalmología en las reuniones de la Asociación Panamericana de esa especialidad, que sesiona siempre de forma simultánea al Congreso Anual de la Academia Americana.
Como otras instituciones del sistema nacional de Salud, el Pando Ferrer también está incluido en la lista negra de los hospitales cubanos a los que se les priva de cualquier medicamento, dispositivo o equipo que tenga componentes norteamericanos. Lo mismo sucede con determinadas firmas editoriales a la hora de adquirir bibliografía para los residentes y especialistas.
Quizás el ejemplo más ilustrativo de la especificidad del bloqueo contra el centro sea el prohibir explícitamente la venta a este del producto VISUDYNE (VERTEPORFINA), una sustancia inyectable utilizada en el tratamiento de la degeneración macular relativa a la edad, producida en Estados Unidos y comercializada por la firma europea NOVARTIS. Aunque el país la adquiera con el propio vendedor, su uso está vedado en la institución.
Tampoco pueden disponer de un perímetro y otros equipos fabricados en la nación norteña, incluso si solo contienen algún elemento o accesorio de procedencia estadounidense. Así sucede con un modelo de Angiógrafo, hecho en Alemania. Ello encarece los costos de las operaciones de compra.
Vale recordar que el Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, centro de referencia nacional para la asistencia y la docencia en la especialidad, dispone de profesionales altamente calificados en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades oculares.
Cuenta con 34 salones de cirugía dotados de la tecnología más avanzada, donde solo en el año 2006 fueron operados 40 830 pacientes, de ellos 27 126 cubanos (la mayoría), incluidas las cifras récord de 1 016 cirugías de retina vítreo, y 332 trasplantes de córnea.
Participa de manera activa en la Operación Milagro dentro y fuera de Cuba. Mediante este programa sus especialistas han devuelto la visión a miles de personas de 30 países, en particular de América Latina y el Caribe.
Recientemente el colectivo de trabajadores del Pando Ferrer mereció la Bandera por el 40 aniversario de la Caída del Che, la cual le será entregada el venidero 2 de octubre.
Es muy posible que tales credenciales expliquen las "razones" de tanta irracionalidad y ensañamiento contra el desarrollo de la medicina cubana.
Fuente GRANMA CUBA
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